Seis consejos para proteger a los pacientes con trastornos sensoriales de la pirotecnia
*Link a el artículo original de El Nuevo Día
Las tradiciones que nos unen en esta época navideña incluyen algunas actividades que afectan a personas dentro de nuestra comunidad. Además de que puede causar traumas y quemaduras severas, la pirotecnia es parte de una costumbre que impacta, y muchas veces involucra directamente a la población pediátrica.
Además, la sensación que genera el sonido de la pirotecnia en los niños, ancianos y mascotas puede ser perjudicial y abrumadora para muchos.
De acuerdo con el neurólogo pediátrico y neurofisiólogo, Jorge F. Muñoz Bibiloni, el trastorno de procesamiento sensorial es una condición mediante la cual la persona percibe su ambiente de una manera alterna dado a una alta y/o baja sensibilidad a estos estímulos sensoriales.
“La manera en que algunos niños procesan, y luego manejan una situación abrumadora puede ser desafiante para aquellos que no pueden acceder fácilmente a las herramientas para manejarlo. Esto puede desencadenar en conductas maladaptativas en su entorno que queremos poder ayudar a disminuir. La pirotecnia puede ser un gran estresor en niños que tienen problemas de procesamiento sensorial. Estos niños perciben su ambiente con una sensibilidad mayor que otros participantes de las celebraciones”, explicó el galeno.
La hiperacusia, por ejemplo, se refiere a la manera negativa o exagerada que responden algunas personas a los estímulos auditivos que para otros pueden ser típicos. Los intensos sonidos que genera la pirotecnia podría causar que la estabilidad emocional de estos niños se afecte por ser demasiado fuertes. Estos ruidos pueden ser detonantes para convulsiones en pacientes con epilepsia y provocar ataques de pánico, agresividad y ansiedad.
“Cuando los exponemos a días largos, cargados de emociones altas y bajas, y actividades que los cansan, es común ver cambios emocionales durante algún momento del día. Podríamos ver problemas en comportamiento que se generen, ya que en algunos niños la sobre estimulación está asociada a dificultades en percibir su ambiente sensorial”, añadió el doctor Muñoz Bibiloni.